Creo que debería tomar ejemplo de María Rosa. Estoy leyendo su biografía, que acaba de publicar su amiga Lola Gavarrón con La Esfera de los Libros, y lo cierto es que cada página que leo me impulsa a querer ser más como esa "gran dama de la moda". Sencilla pero elegante. Exigente. Excelente.

Mayoría de mujeres -como era de esperar-. Mucho olor asfixiante a perfume. Mucho tacón. Mucha laca (la apreciación no es mía, sino de mi cámara). Y mucho gumia lanzándose en masa a por el perfume de Balenciaga que regalaban para LAS asistentes.
Me pregunto qué habría pensado María Rosa Salvador de semejante ansia por lo gratis total. Ella, amante de los detalles y de las buenas formas. Ella, que siempre supo ser una dama y hacer que toda aquella que entraba en Dafnis también saliera de ese templo de la moda convertida en una verdadera señora.
Mañana os enseñaré el vídeo que grabamos. ¿Un adelanto? Las palabras sabias de Caprile: "Lo importante es saber hacer vestidos que hagan a las mujeres diez años más jóvenes y diez kilos más delgadas". Él sí que sabe.
Lee esta entrada en mi Devezencuandario ciclotímico.
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